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Por Victoria García Acero – periodista
El pasado miércoles 10 de julio, tuve la oportunidad de asistir en la Universidad de Ávila, al coloquio La crítica como arte. Unos días antes, había recibido la invitación y como el tema me pareció interesante, decidí acudir. Esperaba encontrarme el típico ambiente de los actos culturales de verano: dos o tres señoras intentando espantar el calor con los abanicos y algunos señores que trabajaban en el sector de mantenimiento de la universidad. Al abrir la puerta del anfiteatro, vi la sala casi llena de gente. Durante unos instantes me quedé observando con incredulidad a los jóvenes estudiantes y a las personas de mediana edad, que hablaban en voz alta. Me senté en un sillón, en la penúltima fila y esperé que comenzara el coloquio.
Los ponentes, Bogdan Ater (artista plástico) y Fabianni Belemuski (escritor y periodista) sostuvieron una exposición-diálogo sobre la crítica como forma de expresión artística. El acto empezó con la ponencia del escritor. Durante su intervención, se proyectaron imágenes de distintas obras de arte y el escritor comentó e hizo la lectura de los textos El realismo español, de Antonella Colaninno (crítico de arte de Italia), Inter arma silent musae, crítica sobre la obra del pintor Baruch Elron, de Héctor Martínez Sanz (escritor y filósofo) y Dadá visita el taller de Rufino de Mingo, de Diego Vadillo López (escritor y analista de arte).
A continuación, Fabianni Belemuski leyó el texto Hic sunt dracones, de Bogdan Ater, publicado en el libro MIEDHO (Editorial Niram Art). Belemuski comentó la crítica, destacando la comparación que el autor hizo entre el fotógrafo polaco Zdzislaw Beksinski y el artista madrileño. En el final de su ponencia, Fabianni Belemuski compartió con el publico asistente su visión sobre la crisis que está atravesando el sector de la crítica. En su opinión, este momento difícil está provocado tanto por el conflicto entre el arte actual y el arte pasado, como por la desaparición de las normas estéticas bien establecidas en los siglos pasados.
Bogdan Ater aportó el punto de vista del artista y resaltó la importancia que tiene la crítica para el arte. “La crítica de arte de calidad ofrece al público la visión del artista, cómo y qué quiso plasmar en su obra. Aparte de explicar el arte, la critica tiene valor de documento. Gracias a los críticos podemos tener acceso a las técnicas que utilizaban los artistas y a los acontecimientos que pasaron en el sector artístico en los siglos pasados”, afirmó Bogdan Ater. En la segunda parte de su intervención, el artista habló sobre su texto Hic sunt dracones, en el que analiza la obra del artista MIEDHO. Ater compartió con el publico su opinión sobre la técnica y el trasfondo de la obra de MIEDHO.
Los ponentes contestaron casi una hora a las preguntas de los estudiantes y de algunos artistas que acudieron al acto. Tal vez la más acertada de la preguntas fue “¿Qué necesita un crítico para convertirse en un artista de la crítica?”.
Pubblicato da Antonella Colaninno
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